La tasa de emancipación juvenil en la Comunidad Valenciana se sitúa en un 15,1%, una cifra similar a la media española (15,2%) y que ha crecido apenas un punto respecto al semestre anterior. Sin embargo, este aumento es limitado: supone casi 5.200 jóvenes menos emancipados que podrían dejar el hogar familiar.
El alquiler, la principal vía de emancipación
El Observatori d’Emancipació del Consell Valencià de la Joventut (CVJ) señala que el alquiler sigue siendo la principal vía de emancipación, elegida por el 54,9% de los jóvenes, mientras que solo el 20,5% accede a vivienda en propiedad. Arrendar un piso en solitario es prácticamente inalcanzable: el alquiler medio de 900 euros representa el 87,4% del salario medio juvenil (1.042 euros), dejando apenas 131 euros para gastos básicos.
En cuanto a la compra, una vivienda exige 3,7 años de salario íntegro para cubrir la entrada, y una hipoteca mensual promedio supone el 59% del salario juvenil. “Ninguna de las dos vías es accesible, los precios siguen escalando sin parar”, advierte Esther Martínez, presidenta del CVJ.
La situación se agrava por la precariedad laboral: solo el 42,3% de los jóvenes tiene empleo, y el 38,2% trabaja con contratos parciales involuntarios. Además, el 30,9% se encuentra en riesgo de pobreza y tres de cada cuatro jóvenes trabajadores no están emancipados.
Reivindicación de políticas públicas
El CVJ reclama políticas públicas efectivas y urgentes: regulación de precios de alquiler, aumento de vivienda pública y medidas inmediatas para garantizar el derecho a la vivienda. La Generalitat, por su parte, ha ampliado en 2025 las ayudas al alquiler en 7,4 millones de euros y reserva cerca de 1.200 viviendas del Plan Vive para menores de 35 años.



