La Fundación Bancaja ha presentado en su sede de Valencia la exposición Caleb de Cristina Babiloni, que revela las inquietudes creativas de la artista castellonense en torno a la relación entre el hombre y la naturaleza, así como entre la materia, la luz, el color y las texturas, que son elementos esenciales en sus obras. La presentación ha contado con la participación del presidente de la Fundación Bancaja, Rafael Alcón; la comisaria, Alicia Ventura; y la artista Cristina Babiloni.
La muestra está integrada por una treintena de obras de mediano y gran formato, gran parte de ellas realizadas exprofeso para su presentación al público en esta exposición en un recorrido que incluye pintura, escultura e instalación.
Las formas y colores de la naturaleza inspiran el trabajo presentado en Caleb, que plantea una reflexión sobre la interacción del ser humano y su entorno, así como sobre el fluir de la naturaleza. La exposición revela la mirada de Cristina Babiloni sobre el mundo natural, especialmente los océanos y el fondo marino, que han influenciado su trabajo en los últimos años. A partir de sus materiales de referencia como telas de arpillera, arenas y pintura acrílica, cartones, cerámicas, y experimentando con otros nuevos como el metacrilato en algunas piezas, Babiloni consigue desarrollar un ecosistema marino con su propio imaginario, teniendo siempre las formas orgánicas como inspiración constante en su trabajo.
En esta muestra, además, se incorporan las últimas piezas de la artista, centradas en la contemplación de tierras, volcanes y materias terrestres que generan nuevas formas y paisajes.
El recorrido por la sala permite establecer una conexión entre diferentes ideas: el uso múltiple de materiales naturales (tierra, arena, pigmentos, minerales, cera, óxidos, sal, cenizas…) que conectan con el entorno y el territorio; la relación entre cuerpo y gesto, con materia que no solo se aplica, sino que se manipula con el cuerpo; y la temporalidad con las superficies rugosas y erosionadas que evocan procesos geológicos o marinos como la sedimentación o la erosión.
La obra de Cristina Babiloni, cuyos referentes artísticos se asientan en la luminosidad de William Turner y la complejidad de Anselm Kiefer, se caracteriza por la superposición de materias con las que intercala su producción pictórica con la creación de esculturas, con la inspiración orgánica y biológica que le propone la contemplación de la naturaleza en constante transformación.
Con motivo de la exposición se ha editado un catálogo con la reproducción de las obras expuestas y un texto de la comisaria. Dentro de su programa de mediación cultural y artística, la Fundación Bancaja ofrece visitas comentadas de la mano de un experto especialista en arte y mediación cultural.
La exposición se puede visitar hasta el 22 de febrero de 2026 en la Fundación Bancaja (Plaza Tetuán, 23) de martes a domingo de 10 a 14 h y de 16:30 a 20:30 h.
El misterio de la isla de Caleb
No hay evidencia histórica, científica ni geográfica de que la isla Caleb haya existido realmente. Sin embargo, en algunas versiones de la historia se presenta con características muy específicas, lo que la convierte en una especie de mito moderno.
Generalmente, se la sitúa en algún lugar del océano Atlántico Norte o en una zona imprecisa y cambiante, a menudo fuera de los mapas tradicionales. Se dice que era una isla pequeña, del tamaño de una ciudad o menos, pero autosuficiente. En su paisaje la isla tenía una naturaleza exuberante, con vegetación densa, montañas bajas y clima templado. Algunas versiones mencionan arquitectura antigua o misteriosa, similar a ruinas de civilizaciones desaparecidas.

Supuestamente, estaba habitada por una comunidad secreta o cerrada, que vivía de forma aislada del resto del mundo. En algunas versiones eran científicos, en otras, monjes o incluso una civilización prehumana. A menudo se le atribuyen fenómenos paranormales, como desapariciones, cambios en la percepción del tiempo o una energía que afecta a quienes la visitan.
Hay múltiples versiones sobre su desaparición, dependiendo del relato, que contemplan desde un hundimiento repentino o un castigo por algo que ocurrió allí a relatos conspirativos que afirman que gobiernos o entidades ocultaron la existencia de Caleb debido a los secretos que contenía (tecnología avanzada, conocimientos antiguos, etc.). La historia de la isla Caleb tiene paralelismos con otros mitos como La Atlántida (Platón) o El Triángulo de las Bermudas.
Llevado a la plástica, el misterio de la isla de Caleb se transforma en un lenguaje barroco y en el espesor de las obras de Cristina Babiloni con una superposición de materias donde la pintura deviene casi escultura para hablar de un mundo en continua evolución y al acecho de peligros de destrucción por la acción de la naturaleza, de fuerzas sobrenaturales y de la acción del hombre.
De la expresión cromática a la ruptura de formatos
El color y su efecto domina las obras de Babiloni. No se trata del color seleccionado, sino de la mezcla resultante para el relato de su historia.
Junto con la densidad de su volumen, resulta evidente la corriente de pintura expandida que se desliza fuera de la obra impactando en la retina tanto como en el fondo del propio muro. Acompañada de una riqueza de materiales de desecho convertidos en materiales con un valor escultórico muy rico, el resultado es la imagen ilusoria a la vez que real de un paisaje táctil, con un relieve casi como un espejo del natural.
Babiloni se enfrenta además con los formatos más tradicionales, proponiendo espectaculares piezas que generan nuevas lecturas, rompiendo con las formas establecidas y conectando su trabajo en cierta manera con el arte de la antigüedad clásica. Asimismo, intercala su producción pictórica con la creación de esculturas siempre con la inspiración orgánica y biológica que le propone la contemplación de la naturaleza, con una presencia rotunda en su producción artística.
La incorporación de la cerámica en su obra quiere explorar esa transformación constante, entendiendo la arcilla como un material poroso y simbólicamente afín a estos procesos identitarios.
Cristina Babiloni (Castellón de la Plana, 1981)
Artista multidisciplinar de ascendencia francesa y española, Cristina Babiloni nació en Castellón en 1981. Su carrera explora principalmente la pintura, pero también desarrolla otras disciplinas como la escultura, el dibujo y el objeto artístico. En sus composiciones utiliza elementos y técnicas procedentes del ámbito de la construcción y la industria cerámica.
Su proceso creativo sigue una circularidad en los materiales que utiliza en forma de collage, donde la textura, la energía y la composición adquieren un papel esencial. A través de esta metodología, Babiloni transforma la materia en un lenguaje visual propio para hablarnos de la relación entre el hombre y la naturaleza.
Con paletas de colores vibrantes y dinámicas, crea escenas naturales inmersivas concebidas para despertar calma, introspección y conciencia sobre nuestra conexión con el entorno. El movimiento y cambios de los ecosistemas y la búsqueda de armonía entre lo natural y lo humano constituyen temas centrales en su trabajo.
Babiloni ha expuesto a nivel internacional con exposiciones individuales en Madrid, Nueva York y Andorra, y ha participado en ferias como ARCO Madrid. Su obra forma parte de relevantes colecciones privadas, como la Colección de Arte de J.P. Morgan Chase, así como de espacios institucionales y corporativos. Actualmente, la artista está representada internacionalmente por Opera Gallery.



